miércoles, 4 de mayo de 2011

Consecuencias del crecimiento de la población hispana en la sociedad y fuerza de trabajo de Estados Unidos

Las últimas cifras disponibles de población hispana en Estados Unidos han sorprendido incluso a los demógrafos: según el censo de 2010 los hispanos superan los 50 millones y medio de personas, esto es, uno de cada seis estadounidenses. Desde el año 2000 a 2010, los hispanos han sido responsables de más de la mitad del crecimiento poblacional de Estados Unidos. En todos y cada uno de los Estados la población hispana aumentó.
En opinión de demógrafos sociales y economistas de Wharton, la floreciente población hispana supone tanto retos como oportunidades para el futuro. A corto plazo los hispanos podrían estimular la actividad empresarial, animar el debilitado mercado de la vivienda, reponer una envejecida fuerza de trabajo o revitalizar las comunidades agonizantes. Pero a medida que aumentan los bebés hispanos y la población blanca no hispana se reduce, también empieza a surgir una verdadera brecha étnica generacional. Según los expertos, a riesgo de perder su liderazgo competitivo, a largo plazo el país debe encontrar el modo de educar una generación de niños cada vez más diversa y menos privilegiada.
“El futuro de Estados Unidos está cada vez más vinculado a sus grupos poblacionales minoritarios”, afirma Steve Murdock, ex director de la oficina del Censo de Estados Unidos (en inglés US Bureau of the Census) y profesor de sociología en la Universidad Rice en Houston. Por ejemplo, en Texas, hogar de más hispanos que cualquier otro Estado a excepción de California, en la última década, el 95% del crecimiento de la población infantil ha sido hispano. Y a medida que ha ido aumentando el número de estudiantes hispanos, la cifra de estudiantes con dificultades también ha crecido, explica Murdock. Por primera vez en la historia, más de la mitad de los niños que estudian en escuelas públicas de Texas son hispanos.
“Tenemos que modificar el futuro educativo de estos niños. No sólo por ellos, sino también en nuestro propio beneficio”, dice Murdock. “Es un hecho: si no ponemos los recursos, si no invertimos en estas poblaciones desde edad temprana… podríamos acabar siendo más pobres y menos competitivos. Si invertimos podríamos obtener ventajas”.
No se trata de una situación exclusiva de Texas. Aunque la mayoría de los hispanos se concentran en nueve Estados –Arizona, California, Colorado, Florida, Illinois, Nuevo México, Nueva Jersey, Nueva York y Texas-, el resto están dispersos por todo el territorio, dice Mark Hugo López, director asociado del centro Pew Hispanic en Washington DC. El crecimiento más rápido de la población hispana ha tenido lugar en el sur, donde la expansión industrial y el boom de la vivienda atrajeron inmigrantes en busca de trabajo. Estados como Arkansas, Alabama, Tennessee, Kentucky, Carolina del Norte y del Sur y Georgia “vieron como su población hispana (prácticamente) se duplicaba en la última década”, señala López. “Georgia ahora es el décimo estado en población hispana del país”.
No todos los cambios tienen su origen en la inmigración. “A diferencia de las dos décadas previas, en esta última década la mayoría del crecimiento ha sido debido más a los nacimientos que a la inmigración”, dice López. Entre los años 2000 y 2009 los hispanos nacidos en Estados Unidos han supuesto el 70% del incremento en la población hispana según análisis de Pew Hispanic Center.
Ya no son inmigrantes
El rápido crecimiento de la comunidad hispana es tanto una bendición como una maldición para el mundo empresarial, el cual observa como el mercado hispano crece pero sin embargo se vuelve tan grande y diverso que es difícil cubrir. Estos hispanos proceden de más de 20 países diferentes y hábitos muy diversos en cuanto a alimentación, forma de hablar o de celebrar sus fiestas. También varían muchoen cuanto a edad, ingresos, nivel educativo o acceso a una vivienda en propiedad.
El enfoque tradicional para abordar el mercado hispano “ha estallado en mil pedazos” con los recientes datos del censo, dice José Villa, presidente de Sensis, una agencia de publicidad multicultural en Los Ángeles. Durante los últimos 30 años las empresas estadounidenses han considerado a los hispanos un mercado diferente, una minoría que hablaba en español. Pero hoy en día la mayoría de los hispanos ha nacido en Estados Unidos, habla inglés y no depende de los medios de comunicación en castellano. “Los grandes titulares serían: Los hispanos ya no son inmigrantes”, dice Villa. La paradoja: cómo cubrir un mercado creciente de latinos orgullosos de su herencia pero que no hablan español. “¿Son la corriente dominante?”, pregunta Villa. “¿Tenemos que considerarlos un grupo diferente o no?”
Villa predice que las agencias de publicidad especializadas en la población hispana están condenadas a la desaparición a medida que las empresas empiecen a considerar a los hispanos como parte del mercado general en lugar de un segmento para el cual se necesita una publicidad diferente. El pasado año marcas como Home Depot, la cadena de supermercados Publix de Florida y Burger King consolidaban sus esfuerzos publicitarios dirigidos a los latinos, plantando a sus agencias de publicidad hispanas y trasladando el trabajo a agencias generales de publicidad. Villa también ha notado una mayor publicidad en lengua inglesa dirigida a la población hispana. Por ejemplo, un anuncio de Bud Light que inicialmente fue encargado para el mercado hispano en el que aparece Carlos Mencía tuvo tanto éxito entre el público en general que fue emitido durante la Super Bowl. “Lo que estamos diciendo es que la principal audiencia para Bud Light se está haciendo latina”, dice Villa.

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